Sin Reservas

 Entrale con todas tus ganas;

"Sin reservas, sin vuelta atrás y sin nada que lamentar"


Heb.12 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

1 Corintios 9:24-27 (TLA)

24 Ustedes saben que, en una carrera, no todos ganan el premio, sino uno solo. Pues nuestra vida como seguidores de Cristo es como una carrera, así que vivamos bien para llevarnos el premio. 25 Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarlos. ¡Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho! Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre. 26 Yo me esfuerzo por recibirlo. Así que no lucho sin un propósito. 27 Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mí mismo. Pues si anuncio a otros la buena noticia, no quiero que al final Dios me descalifique a mí.

Siento en mi espíritu que Dios nos esta llevando a una nueva temporada. Un temporada de crecimiento, a otro nivel de búsqueda y crecimiento.

¿Cuántos aquí desean ver cambios radicales en su vida?

Esos cambios no van a darse en ti si sigues sirviendo a Dios a media. ¡Es con todo o nada! Dios te llama a entrarle a Él con todas tus ganas y lo primero es; sin reservas.

Ustedes conocen Jeremías 29:11-13

11 Porque yo sé los pensamientos (planes) que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. 12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón

Muchos conocemos esta historia en Marcos 10:17-22 sobre este joven que vino a Jesús y le pregunto;

Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Ahora, el Señor no estaba interesado en sus posesiones. El Señor estaba interesado en su corazón pero él sabía que el problema en el corazón era eso. No me mal entienda, las posesiones materiales no son malas, lo malo es que las posesiones materiales nos posean a nosotros. Es que lo que Dios nos da como bendición nos posean de tal manera que nos imposibiliten servir con libertad al Señor, tener no es malo, lo malo es que lo que tengamos nos tenga a nosotros.

¿Te pregunto; como dice la palabra de Dios que debemos amar a Dios? Mt.22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

Somos llamados a vivir para Dios sin reservas. Pablo entendió muy bien, desde el principio de su conversión lo que significaba sin reservas. En Filipenses 3, es donde encontramos realmente su hoja de vida, su currículum, Pablo está hablando de lo que él era antes de estar en Cristo. El describe su identidad, pero también dice;

Filip.3: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

Pablo perdió todo para ganar a Cristo. Perdió su reputación dentro de su religión, perdió su posición dentro de su religión, perdió su honra religiosa y no le importó nada por ganar a Cristo. Todo lo entregó y tu y yo sabemos que la vida de Pablo fue una entrega desde el momento cuando Jesús se le revela en el camino a Damasco y él rendido dice, Señor, ¿qué quieres tu que yo haga? Desde ese día Pablo entregó todo.

Yo espero que usted haya entregado todo y que hoy sea confrontado con esa palabra por si ha habido alguna reserva. La vida cristiana es sin reservas.

Testimonio de F.B. Mayer:

F. B. Meyer un gran hombre de Dios estudió en un seminario bíblico. El comenzó a predicar, su iglesia tenía cierto número de personas, tenía un ministerio bueno. Un día llegó a su ciudad un compañero de seminario bíblico. Iba a estar 8 días en su ciudad y él lo invitó a predicar esos 8 días en su iglesia. Fue una revolución. 8 días este hombre predicó de la manera más sencilla, pero con una unción y un poder del Espíritu Santo que Meyer nunca lo había visto. El fue impactado, la gente fue tocada, pero él fue impactado. Al final de esos 8 días mientras su amigo estaba empacando la maleta, él se acercó a la habitación y habló con él. Y de manera muy orgullosa ministerialmente le preguntó, ¿cuál ha sido el éxito de esto? ¿Por qué Dios te usa de esta manera? Y su amigo le dijo, sencillo.

Un día yo fui confrontado por el Señor mientras oraba y sentí que Dios vino a mi vida y tocó mi vida. Y Dios me pidió que yo le entregara todas las llaves de mis cuartos cerrados. Y desde el día que yo le rendí todo a él, el ministerio cambió, mi vida cambió. Vivo en una dimensión diferente. 

Cuando él fue a dejar a su amigo al tren y volvió, él se arrodilló en su cama. Meyer hizo lo mismo, empezó a orar y dijo, Dios hoy quiero hacer una rendición total a ti. Y mientras estaba en oración, él sintió la presencia de Jesús venir al lado de él. Y era tal la presencia de Jesús en su habitación que él casi no se podía mover. Y él sintió que Jesús venía para pedirle las llaves. Entonces, Meyer tomó las llaves y las levantó en su mano y con su corazón rendido le dijo, oh, Señor, toma todas las llaves de mis cuartos cerrados. Te rindo todo. Y las puso en las manos de Jesús. Y luego él sintió que Jesús le dijo, ¿son estas todas las llaves? Y Meyer dijo, casi todas, Señor. No te preocupes, algunas que dejo son pequeñas cosas, de eso yo me encargo. Y sintió que Jesús le devuelve las llaves y le dijo, Meyer, o todas o nada. Y dio la vuelta y en ese momento su corazón fue estremecido y comenzó a llorar y le gritó, todas, Señor. Y él rindió todas las llaves de sus cuartos vacíos. Porque sabes, en nuestra vida hay cuartos cerrados que están vacíos aunque creemos que están llenos, que no le hemos rendido al Señor, cosas que a veces ni nosotros mismos nos damos cuenta, situaciones de carácter, situaciones que nos ligan a personas a cosas, pero en la vida cristiana es sin reservas.

Sin reservas. Dios te quiere sin reservas.

Hoy es un día para entregarle a Dios todas las llaves. Hoy es un día para que nada más nos afecte, nada más nos ligue ni al mundo ni a ninguna otra situación, ni sentimientos personales que no son correctos. Sin reservas. Díganle a la persona que está al lado, sin reservas.

Es entregarle todo a Dios, es entregarle nuestra vida, es entregarle nuestras fuerzas. 

Deuteronomio 6:5-9 RVC

5Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, 


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